En su subjetivo de ayer, Miguel Ángel Quintana Paz se hacía eco de los cursos que Google se plantea ofrecer como sustitutos de las enseñanzas universitarias, y a mucho menor coste: por 300 euros y en apenas seis meses los estudiantes obtendrían un certificado de aptitudes con demanda, reclamadas por aquellos que ofrecen los cursos y otras grandes empresas tecnológicas similares. Quintana Paz se preguntaba si las universidades podían competir con dicha oferta, y concluía que «si las universidades aspiran solo a hacer a nuestros jóvenes ‘empleables’, si todo lo que tienes que ofrecer a sus estudiantes son ‘competencias’, entonces las universidades hacen bien en temer a Google». El profesor y filósofo continuaba estableciendo la diferencia entre educar y formar, y ponderaba las virtudes, entre otros aspectos, de la presencialidad, de la relación con los compañeros, del trato directo con el profesor o del conocimiento de saberes aparentemente ajenos a la disciplina escogida en para estudiar.