«¿Trabajar para vivir o vivir para trabajar?» (El Cultural)
El asunto del trabajo —su gestión, sus implicaciones, su carencia, sus recompensas, sus excesos— están en el corazón del debate público, académico e intelectual. No en vano, en nuestras sociedades, el trabajo es condición de posibilidad para casi todo y para casi todos. Damos por hecho que hay que trabajar, y que, para conseguir ese trabajo, hay que formarse, y que ese trabajo condicionará lo que podremos hacer y quiénes seremos: el trabajo confiere salario, pero también identidad y estatus. De ahí que las grandes corrientes de pensamiento que han definido el mundo desde hace dos siglos, lo tuvieran en el corazón de sus doctrinas. Y el debate se acrecienta en unos momentos en los que se habla de teletrabajo, de nuevas formas precarias de relación laboral como la de los riders. Los tiempos cambian, pero la necesidad de seguir reflexionando sobre el trabajo sigue ahí.