febrero 11, 2021 — Antonio García Maldonado
Notas sobre ‘La piedra de la locura’, de Benjamín Labatut
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- [LOVECRAFT, 1926]: «Vivimos en una isla de plácida de ignorancia en medio de negros mares de infinito, y no estamos destinados a viajar muy lejos. Las ciencias, cada una avanzando en su propia dirección, nos han perjudicado poco hasta el momento; pero algún día la suma de todo ese saber disgregado abrirá una perspectiva tan aterradora sobre la realidad, y sobre el espantoso lugar que ocupamos en ella, que nos volveremos locos producto de esa revelación, o huiremos de la luz hacia la paz y la seguridad de una nueva edad oscura».
- Nos quedamos con esa pregunta angustiante, aquella que solo nos hacemos cuando estamos cara a cara con el horror más absoluto o cuando un verdadero milagro nos deja mudos: ¿esto es real?
- Necesitamos tejer nuevas historias con las ruinas y escombros que dejó el colapso de las grandes narrativas, arrasadas por el imparable ascenso de lo nuevo.
- Hay algunas respuestas evidentes a la pregunta de por qué nuestro mundo se ha vuelto tan incomprensible: cuando los sistemas son interconectados, su complejidad crece de forma explosiva, y comienzan a manifestar fenómenos emergentes que no podrían haber sido previstos desde antes, porque surgen como el producto de múltiples interacciones, algo similar a lo que ocurre al interior de nuestra mente, con nuestros pensamientos y percepciones.
- A medida que la ciencia desentraña, poco a poco, los misterios del universo, nos presenta una visión de la realidad que es, paradójicamente, cada vez más difícil de comprender.
- [LOVECRAFT]: «Los hombres con un intelecto más amplio saben que no hay una distinción clara entre lo real y lo irreal; que todas las cosas aparecen de la forma en que lo hacen solo por virtud de los delicados medios físicos y mentales a través de los cuales cada individuo se hace conscientes de ellas; pero el materialismo prosaico de la mayoría condena como locura aquellos destellos de extrema lucidez que penetran el velo compartido del evidente empirismo».
- nunca debemos olvidar que la ciencia no es solo un método: también es un delirio metafísico, la ilusión de pensar que nuestro mundo se conforma a un orden que podemos descubrir y entender.
- el precio que pagamos por el conocimiento es la pérdida de comprensión.
- Alexander Grothendieck, un matemático asombroso que revolucionó la geometría a mediados del siglo XX y luego desapareció en los Pirineos, donde rechazó por completo la ciencia y se lanzó de cabeza al misticismo