De unos años a esta parte, las noticias se nos han llenado de términos nuevos como fake news, algoritmos o Big Data, al mismo tiempo que el uso y la influencia de las redes sociales crecía exponencialmente. En ese contexto, en el que han crecido las posibilidades de comunicación, también lo han hecho las amenazas y las vulnerabilidades. No sólo materiales o físicas, sino también reputacionales. El cambio es tan profundo que, según el consultor internacional Pau Solanilla (Barcelona, 1970) ya no podemos manejarnos en el mundo de la política –como bien han entendido tantos líderes populistas– o de la empresa sin ser conscientes de la importancia del peso de las emociones y de la necesidad de cuidar el capital social. Estamos en un nuevo marco de relaciones que Solanilla llama “la República de la reputación”, sintagma que le ha servido de título para el libro en el que aborda estas transformaciones tan perturbadoras.